Otra mirada sobre Fernando Báez
- revistapropaganda
- 16 feb 2020
- 4 Min. de lectura

Como ya todos sabemos hace unas semanas conocimos la trágica noticia del asesinato del joven Fernando Baez Sosa por manos de una manada rabiosa por el mayúsculo delito de tirarle un líquido a la remera de uno de sus asesinos. Los rugbiers que entre risas y gritos selváticos patearon y golpearon hasta la muerte a Báez fueron detenidos y en este momento se encuentran en el penal de Dolores.
Miles de voces entonces han saltado ferozmente frente un hecho morboso, mostrar los vídeos de Fernando da más visitas, entrar en su vida privada, estirar el circo con declaraciones de las parejas de sus asesinos y abriendo las heridas (públicamente) de una familia destruida.
Pero y ¿quién era Fernando Báez? Fernando era un recién egresado del secundario, repetidor como muchísimos de nosotros no paro un segundo de luchar por llegar a la meta de terminarlo y comenzar con la facultad, un ejemplo de estudiante que entendía el porqué estudiaba: para cambiar su mundo, todo el mundo, el mundo de sus padres que son trabajadores y lucharon toda su vida por darle la vida digna que se merecía su hijo. Creía en la educación pública como motor para alzar a los jóvenes por el camino de la honradez, el conocimiento, el respeto y la libertad, por eso colaboraba en el proyecto “Servir”.
¿Quienes sus asesinos? Hijos de funcionarios y profesionales que creyeron ser dueños de la vida y la muerte porque su realidad material les hizo creer que eran superhombres, aquello que le inculcó el capitalismo mediante la construcción de jovenes sin preocupación en su prójimo, en las dolencias ajenas y castrados de todo lo que los rodeaba, sin ideas de lo que significa la colectividad.
Y es acá el punto crucial de la cuestión: Fernando Báez en materia de perteneciente a la clase trabajadora, como hijo y como testigo de primera mano del miedo de la desocupación, las crisis, la inseguridad y miles de cosas que afectan al trabajador se convirtió en mercancía para los hijitos de papi que también actúan como mercancía. Objetos sin vida que patean, golpean y destrozan algo que para ellos es también un objeto sin vida: un hijo de la clase trabajadora. Así actúa el capitalismo, mercantilizandonos, convirtiéndonos en objetos desechables en la producción o en efectos secundarios como estos
Mucho se ha hablado y demostrado que los casos de violencia de rugbiers no son un caso aislado, es un acto sistemático que nace a raíz de un hecho que uno mismo puede probar: el ascenso del fascismo y la violencia en nuestra sociedad. Claro que los rugbiers no son agentes de la SS pero se ha demostrado en ocasiones sus ideas contra los hijos e hijas pobres de los trabajadores y trabajadoras. El discursito de “hay que matarlos a todos” de los señoros de Recoleta ha calado hondo en el corazón de los hijos de los clasemedieros que aspiran a ser banqueros, empresarios, CEO’S. La Argentina con su base capitalista es incapaz de parar la violencia porque el Estado burgués capitalista nació para poder frenar a la clase trabajadora de obtener sus derechos y el poder que le es propio mediante la fuerza y la violencia; casos de esto son la policía, las bandas parapoliciales y por supuesto los desclasados como los niñitos auto engañados. La violencia aislada que tanto claman los periodistas reaccionarios es una violencia culturalmente planificada a raíz de lo que produce un sistema económico capitalista (es decir, la base) en decadencia. El sistema de los ricos se cae y hay que crear mentes violentas zombificadas que ataquen a todo aquel que se identifique con un proyecto colectivo.
De muchas formas miles de jóvenes han manifestado su indignación frente este acto y aquí esta el indicio de una clave para acabar con estos males, con toda esta violencia: la organización de la juventud trabajadora y estudiante en ese lazo de unión que una vez que se trenza es capaz de colgar por el cuello todo vestigio de asesinos fascistas. Debemos aprender de Fernando y homenajearlo de la mejor forma, saber que esto no es un asesinato más, es un asesinato de clase y es a la que perteneces vos lector. Organizarnos en un proyecto colectivo a favor de la superación de este sistema que no puede resolver la violencia hacia nosotros, los estudiantes hijos de trabajadores, porque está hecha para atacarnos. Formarnos todo el tiempo en vías revolucionarias que aprenderemos junto a los trabajadores, los únicos que saben hacia donde ir. Luchar contra el fascismo que es la cara que muestra el capitalismo ahora que se está muriendo con todas las crisis. Hay que llevar a nuestros centros de estudiantes la alarma, debatirlo, construir entre todos una alternativa y llevarla a la calle. Porque ayer fue Fernando pero mañana puede ser cualquier estudiante, repetidor, no repetidor, con problemas, con amores y odios, tal vez un amigo, un compañero o uno mismo. Por Fernando Baez, para hacerle justicia hay que organizarnos contra la violencia que sufrimos los hijos de trabajadores por la policía, los narcos y los mercenarios violentos desclasados.
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