Hay que expropiar Vicentin
- revistapropaganda
- 15 feb 2020
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Hace pocos días el ministro de economía del país, Guzmán, recibió a la delegación del FMI respecto a la reperfilación de la deuda. El acto fue fue seguido de miles y miles de trabajadores que salieron a decirle “La deuda es con el pueblo” a la pequeña masas congregada dentro del Congreso Nacional.
Ante el marco de la deuda más grande de nuestra historia (44,000 millones de dolares) nos encontramos tambien con un hecho del que poco se habla y si se hace se toma con mucha tibieza: La problemática de Vicentin.
Vicentin es una de las cerealeras más importantes de nuestro país que además opera en el rubro más importante de la Nación que es la rama del agro. Anteriormente hemos declarado que el poder real se encontraba en los recursos económicos y estratégicos del país, que se encuentra en manos del oligopolio privado y que responde a los intereses directos del imperialismo a raíz de las inversiones de este en dichas empresas, siendo Vicentin parte de ese poderío oligopolista.
Vicentin es ahora la presa más rezagada de ese conjunto dejándolo a merced de una victoria segura del pueblo en la cada vez más prominente lucha de clases ¿por que sucede esto? porque la empresa en cuestión tiene una deuda de 18,400 millones de pesos y una deuda a la pública de 23,000 millones de pesos. Todo esto deja en bandeja de plata al Estado para realizar las maniobras que considere necesarias en objeto de Vicentin.
No hay excusa, Vicentin debe ser expropiada por parte del Gobierno. Primero porque en las circunstancias actuales el despido masivo y la quiebra de empresas sería un duro golpe para el proceso de soberanía nacional, no podemos permitir que más familias vayan a parar a la calle. Segundo porque es tan sencillo como recuperar el dinero perdido a raíz de activos de la empresa. Tercero porque resta fuerza a la gran burguesía agraria para presionar -recordemos el conflicto de la 125- y le da músculo al gobierno nacional para disputar poder.
Todo esto favorece a la clase obrera que, rezagada, debe pelear por la industrialización del país para sumar a las filas del pequeño proletariado argentino mucho más capital humano que pueda sumarse a la causa indiscutible de la revolución proletaria, seguido de esto el control obrero de la producción y la soberanía nacional que se construye solo con el alzamiento de la industria propia.
No debemos dejar pasar esta oportunidad, el enemigo de clase es muy rápido y enseguida ha optado por llevar a Vicentin a un Concurso de Acreedores donde espera un perdón divino para no estar en situación de quiebra y escapársele de las manos al control estatal.
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